martes, 14 de noviembre de 2017

Wonder boy

Llevo a Juliàn a los jueguitos porque me recuerda a que en los noventas mamá me llevaba una vez por semana . Ella se tomaba un cortado con una porción de budín de pan mientras yo jugaba al Wonder boy. Un día del niño hubo un sorteo mamá compró unos números recuerdo estar sentada frente al Wonder Boy y oír mí número sin poder soltar la palanca. Ganè una rana de peluche gigante y le puse Favaloro. llevo a Juli los jueguitos también porqué papá le dice que son malos y lo enloquecen. 
Parte es cierto, cuando Juli agarró la ametralladora del juego de Piratas del Caribe se puso a gritar como un maniático. Es que los fantasmas del barco se acercaban a la pantalla y él pensaba que lo iban agarrar. Se paraba y se sentaba echándose para atrás, se agarraba la cabeza gritándome que no suelte el timón. Yo giraba y giraba . Chocamos nuestro barco con el de los fantasmas malos. Al segundo se desatò una tormenta marina llena de rayos y truenos que resonaban en los parlantes. Y ahí supimos que vendrían las brujas voladoras la parte en la que siempre perdemos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

gracias por el saludo
el blog termino, la idea era hacer una poesia por dia durante un año, tarde bastante mas pero termine
muy lindo lo tuyo tb
saludos
santiago
365diasdepoesia.blogspot.com